domingo, 26 de enero de 2014

Equipo y portero


En León, a 20 de octubre de 2009.

Estimado XXX:

Escribo como la otra vez, dejando a tu criterio el transmitir estas opiniones, si lo estimas oportuno y a tu modo de entender, a los entrenadores. No quiero interferir en modo alguno en su actividad o menoscabar su autoridad.

Esta tiene que ser sin duda una carta de ánimo. Animo para seguir creando un equipo, ánimo para dotarle de un carácter propio, ánimo para pelear siempre, ánimo para divertirse jugando.
No puedo decir como se consigue eso, no lo se. A unos les vale rezar antes del partido, a otros hacer un grito de guerra, a otros tener un lema, a otros una presión anímica constante por la responsabilidad del club, de la camiseta.
Pero realmente es magia. Hay una gran película sobre eso, de rugby americano: la leyenda de los titanes. Se palpa la magia del momento en que ellos se reconocen como equipo. Y eso, ESO, falta en este equipo, se nota en las celebraciones de cada gol, se nota en los cambios, se nota en la terminación de las jugadas. No hay sentimiento ni esfuerzo grupal o colectivo.

Con el portero es encima más complicado. Un portero forma parte del equipo, y no lo forma. De hecho, el equipo se entrena CONTRA sus propios porteros. El es distinto en su juego, su entrenamiento, su posición, su responsabilidad. Pero un equipo no puede jugar sin portero.  Hay que reconocerle su distinta naturaleza, y a la vez conseguir que se sienta parte del equipo.
Con esto quiero comentar mi desconcierto con una practica habitual de casi todos los equipos: el calentamiento. A mi modo de ver el calentamiento se realiza para varias cuestiones:
o   Calentar el cuerpo (obvio)
o   Irse concentrando en el partido (cada uno tiene su modo)
o   Tomar contacto con el terreno de juego y el balón (vital).
o   Coger confianza (lo mas importante para el portero).
Si se piensa esto, se verá lo que quiero decir. El portero tiene su propio calentamiento. Tiene que hacerse al campo, al balón, entrar en situación, preparar su cuerpo y su mente… y… coger confianza.
Por ello no vale de nada castigarle a tiros de sus propios compañeros, al revés. Es preferible una mayoría de toques ligeros estirando y algún que otro golpe duro para terminar. Pero trabajando sobretodo su concentración y su confianza.
Este es el punto principal: la concentración (no irse del partido), el esfuerzo en cada jugada (nunca confiarse con un balón), el saber lo que hacer en cada momento (la tranquilidad del saber). Eso es lo que hay que trabajar en su calentamiento.

Un portero debe parar: esa es su obligación básica. Aún más: debe parar lo fácil, de modo inexcusable e ineludible. Mi experiencia es que un equipo prefiere un portero del que sabe que esperar, que un portero por bueno que sea pero con quien no tiene confianza de regularidad. Dejemos que lo difícil se pare de vez en cuando, al fin y al cabo los milagros se llaman asi por algo.
Eso no es impedimento para fallar. Todos podemos fallar, de hecho fallamos. Un gol muy similar al quinto del sábado le metieron a Arconada en la final de la eurocopa en Paris, en una falta directa. Lo que no se puede es renunciar, huir del partido, no presentar batalla siempre, no esforzarse siempre.
Un  portero se hace repitiendo cientos de veces los mismos gestos, fabricando los hábitos que generan las reacciones. Es un trabajo lento, pero de éxito seguro si el portero colabora.

Carlos, últimamente pierde la posición de la portería, tiende a irse de posición. Esto ya lo hacía en años anteriores. Hay que trabajar con ello. El modo es entrenar desorientándolo y haciéndolo tomar posición a la carrera en la portería (tiros de espalda a una voz, agachado, con volatín,…).

Quiero terminar con un comentario sobre los corners. Estoy por supuesto de acuerdo con colocar una persona al primer palo. Valdrá, siempre que tenga presente que esta ahí para impedir que el balón pase, esa es su misión, a veces es más útil una persona a la corta (sobretodo si ellos entran en carrera), aunque tapa la visión del portero.
Pero muy pocas veces justifiqué una persona en el segundo palo. Por varias cuestiones. La primera reduce gente de otras partes del campo, favoreciendo que entren más jugadores contrarios a rematar. La segunda amontona más gente en las inmediaciones de la portería, cuestión que suele ser un peligro. La tercera, desconozco su misión, salvo que sea proteger la espalda del portero.
¿Cuál es su misión con un portero de la envergadura de Carlos?  Yo solo lo justifico si ellos son demasiado altos y seguros en el remate. Acumulando gente bajo los palos reduces los huecos disponibles en el remate. Habría que pensar algo más en esto, creo. Y practicarlo claro. Solo se hace en grupo lo que se practica en grupo.

Mandar… mandar esta muy bien. Carlos lo hace mejor cada día: nombre-orden. Ahora hay que animarle a animar, siempre, a los suyos, palabras de apoyo, gritos de alabanza. Si solo se manda, se corre el riesgo de que cuando falle él se lo echen en cara (por mandón). Eso además conseguirá que se mantenga en el partido, pues puede animar a voces con cualquier jugada, incluyendo las de ataque, y además sentirse así parte del equipo (ya que nunca celebrará el gol con sus compañeros, se quedará sólo, celebrándolo en su portería).

Han mejorado muchas cosas, animo.
Siempre con intención de ayudar, un saludo…

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