domingo, 26 de enero de 2014

Tras un derby muy local


Apreciados Js:

Pasadas ya más de 24 horas digiriendo el partido contra YYYYYY de los benjamines, incluyendo conversaciones en casa, con vosotros o con otra gente, y  con “los otros”, puede ser momento de ser convocados a reflexión.

De todos los partidos hay que sacar consecuencias, de todos, no solo de los que escuecen. Y este escuece aún. Todos sabemos por qué. Pero para tomar decisiones hay que intentar no estar influidos por sentimientos.

Os reflejo mis reflexiones por si os sirven de algo. Son mías, y no tienen por qué ser ciertas. Al fin y al cabo el “Saso” no es mi día a día. Aunque bien es cierto que en este caso y por tratarse del rival que se trata va a influir un tiempo en mis relaciones sociales próximas.

Primero. Hubo mala suerte, es cierto. Asumido. No fue el dia. Por cierto que el árbitro no influyó tanto.

Segunda. Para nosotros fue un partido más, para ellos no. Nuestro planteamiento social es el correcto. Eso creo. Más aún, nuestro colectivo intentó quitar dentro de lo posible hierro al tema. Y como lo creo, también se que habrá que trabajar para aprender y olvidar.
No obstante hay que trabajar en la cabeza de los jugadores que un partido es un partido, más allá de circunstancias (niñas, ruido, miedos,…) o conocimientos (amigos, resultados,…). En el juego importa el juego. En este caso: amigos antes, y amigos después, pero NO amigos durante. Eso no quiere decir enemigos u odio, quiere decir rivales.

Tercero. El planteamiento del partido fue “incorrecto”. Más contra un equipo que te conoce demasiado. Este equipo no puede jugar de tu a tu a nadie. No sabe elaborar jugadas. No tiene el cerebro para ello, ni los chicos tienen asumidos este rol. Es lo que hay, al menos a fecha de hoy.
Debe jugar agazapado, esperando, peleando, asegurándose terreno para correr y golpear al contraataque rápido y breve. Puede parecer un contrasentido por no tener mimbres para convertirte en un equipo defensivo. Pero es el modo de asegurarte el terreno libre para correr, y esto implica actuar de un modo concreto en defensa (concentración, tensión, ayudas, poco espacio, evitar tiros y faltas...)

Cuarto. El equipo tiene una fuerte descompensación anímica en cuanto a implicación. Esto hace que algunos jugadores se impliquen en demasía y otros jueguen con dejadez. Esto provoca fuertes alteraciones en el juego colectivo.
La gente debe asumir su papel y responsabilidad, y “no quedarse corto ni extralimitarse”, cada uno a lo suyo.

Quinto. El jugador “estrella” fue sometido a un marcaje individual. Sinceramente con esto no contaba, no a estas edades (esto implica planteamientos que cada uno debe deducir). Hay que preparar a cada uno en este papel, y a “este” en concreto mostrarle lo que puede hacer en estos casos en bien del equipo.
Es una reflexión que enlaza con la anterior, pues el equipo jugó mejor (colectivamente hablando) estando este jugador “para todo” fuera del juego. Hay que averiguar por qué, porque no es la primera vez que sucede, de hecho sucede siempre.
Es también una explicación para que el equipo contrario, conocido por nosotros, haya progresado. El motivo es que la carencia obliga a esforzarse tanto a nivel individual como en disciplina colectiva.

Sexto. Como ya he comentado en otras ocasiones en esto aprendemos todos: niños, padres y entrenadores. Y a este que tenemos hay que enseñarlo también. Ha que preparar los partidos, y analizarlos después.

Todo esto es solo un consejo no una critica, pues cada uno somos como somos. No cambiemos las expectativas por hechos circunstanciales. No cambiemos el rumbo porque un golpe nos aturda, pero aprendamos de ello y reaccionemos en consecuencia.

Gracias por vuestra consideración. Espero ser una ayuda amable, nada más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Siempre es AGRADABLE saber lo que opinas !!!